El arte de vivir es cambiar las hojas sin perder las raíces
Reparar las heridas familiares es un acto de amor propio. Al abrazar nuestro dolor y dejar de culparnos o culpar a los otros, abrimos la puerta a relaciones auténticas, nutritivas y más libres no sólo con nuestros familiares, sino con todas nuestras relaciones. Imagina liberarte de los patrones que te atan al pasado y construir vínculos profundos y duraderos de amor hoy, tanto con tu familia como con tu relaciones de pareja y amistad. Visualiza crear una red de apoyo sólida, donde te sientas comprendido y amado incondicionalmente, y donde puedas ser tu mismo/a. Al sanar tus raíces, te empoderas para crear el futuro que deseas. Honrar a tus padres, aunque ya no estén presentes, te brinda la confianza y la valentía necesarias para construir tu propio proyecto de familia a tu manera, con o sin hijos, basado en el amor y la conexión genuina. ¡Es hora de transformar el dolor en amor y crear raíces fuertes para tu propio proyecto de familia!