Amarnos a nosotros mismos de forma radical nos hace magnéticos.
Priorizar a los demás y buscar su constante aprobación puede llevarnos a perder nuestro
magnetismo. Es hora de salir del rol de víctima, reforzar nuestra autoestima y establecer
límites saludables con los otros. Al enfocarnos en nosotros/as y acoger nuestras
emociones, nutrimos nuestra independencia y autenticidad. Y cuando permitimos que
nuestra sensualidad se exprese, y aprendemos a comunicarnos de una forma más
asertiva liberamos nuestro magnetismo. Cuidarnos y valorarnos es clave para
mantenernos vitales, creativos, atractivos y magnéticos.